jueves, 4 de diciembre de 2014

Ante todo, mucha calma.

Marco Aurelio (Wikipedia)
¡Qué fácil es dejar de lado cualquier imaginación enojosa o extraña, y encontrar así, inmediatamente, una calma perfecta!
(Marco Aurelio, Meditaciones, V - 2)


Je, je, sería fácil para Marco Aurelio, ¿verdad? Bueno, pues para nosotros será difícil, pero no imposible.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Volver a comenzar


La única alegría en el mundo es comenzar. Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante. Cuando
falta esta sensación -prisión, enfermedad, rutina, estupidez- uno quisiera morir.

Y por eso cuando una situación dolorosa se reproduce idéntica -parece idéntica- nada vence su horror.

[...] hay más rutina en la experiencia a toda costa (cfr. el feo «viajar a toda costa»), que en el normal encarrilamiento aceptado debidamente y vivido con entusiasmo e inteligencia. Estoy convencido de que hay más rutina en las aventuras que en un buen matrimonio. Porque lo propio de la aventura es conservar una reserva mental de defensa; por lo cual no existen buenas aventuras. Es buena la aventura a la cual uno se abandona: el matrimonio, en suma, incluso los hechos en el cielo [?].

Quien no siente el perenne recomenzar que vivifica una existencia normal y conyugal es, en el fondo, un necio que, por mucho que diga, tampoco siente un verdadero recomenzar en cada aventura.

La lección es siempre una sola: lanzarse de cabeza y saber sufrir la pena. Es mejor sufrir por haberse atrevido a obrar en serio, que acobardarse, retirarse (o escurrir el bulto). Como en el caso de los hijos: lo exige la naturaleza, por lo demás, y echarse atrás es de cobardes. Al final -ya se ha visto- se paga más caro.

Cesare Pavese, El oficio de vivir, 23 de noviembre de 1937.

martes, 26 de agosto de 2014

La paja en el ojo ajeno.

"Cuando veáis a un hombre honrado, intentad imitarlo. Cuando veáis a un hombre que no es honrado, examinaos a vosotros mismos" [examinad si no tenéis los mismos defectos].

(Confucio, Analectas, 4.17).

Confucio (China, s. VI a C)

lunes, 11 de agosto de 2014

La vocación

En ninguna actividad es buen signo que al principio esté presente la manía de triunfar- emulación, soberbia, ambición, etc-. Se debe empezar a amar la técnica de cada actividad por sí misma, como nos gusta vivir por vivir.

Sólo ésta es la verdadera vocación y prenda de serio acierto. A continuación podrán venir todas las pasiones sociales imaginables a superar al puro amor a la técnica- y es un deber que vengan también- pero empezar por ellas es indicio de holgazanería. Es preciso, en fin, amar una actividad como si nohubiese nada más en el mundo, por sí misma. Para esto, el momento significativo es el de los comienzos: porque entonces es como si el mundo (pasiones sociales) no existiese todavía respecto a esta actividad.

También porque son todos capaces de enamorarse de un trabajo que se sabe cuánto rinde; difícil enamorarse gratuitamente.

Cesare Pavese, El oficio de vivir, "9 de julio de 1938".

martes, 5 de agosto de 2014

Los méritos, II

"No os preocupéis si no ocupáis un cargo oficial, preocupaos más bien de merecerlo. No os preocupéis de no ser famosos, sino más bien de tener méritos para serlo"

(Confucio, Analectas, 4.14).

Confucio (China, s. VI a C)

lunes, 28 de julio de 2014

Venganza !!!

"Quien quiere vengar las ofensas mediante un odio recíproco vive, sin duda, miserablemente. Quien, por el contrario, procura vencer el odio con el amor  lucha  con  alegría  y  confianza,  resiste  con  igual  facilidad  a  muchos hombres que  a  uno  solo,  y apenas necesita  la  ayuda  de  la  fortuna.  Si  vence, sus  vencidos  están  alegres,  pues  su  derrota  se  produce  no  por  defecto  de fuerza, sino por aumento de ella".

(Espinoza, Ética, IV, prop. XLVI, escolio)

jueves, 17 de julio de 2014

Buscar lo positivo


Van Gaal, siempre positivo.
"Conviene observar que, al ordenar nuestros pensamientos e imágenes, debemos siempre fijarnos en lo que cada cosa tiene de bueno, para, de este modo, determinarnos siempre a obrar en virtud del afecto de la alegría". (Espinoza, Ética, V, prop. X, escolio).

Es un clásico en la literatura de autoayuda y en las charlas de café ante una situación negativa aquello del "hay que buscar lo positivo". Mas no por tratarse de sabiduría popular o de psicología "barata" la recomendación deja de tener validez; ya hemos visto que del asunto también trató Espinoza en el siglo XVII. Profundicemos un poco más:

1.- Emociones

Cuando se nos presenta una situación considerada adversa o dañina para nuestra persona o para nuestros intereses lo primero que experimentamos es una serie de emociones o sensaciones que pueden ir desde la tristeza a la ira, pasando por el miedo. Estas emociones en principio no tienen por qué ser negativas, simplemente son. Y son el producto de esa situación en nosotros, su reflejo en nuestro interior.

Lo negativo es su persistencia. Es normal sentir tristeza ante la muerte de un familiar; es normal sentir miedo, asco e ira ante un despido. Pero la persistencia de esas emociones en nosotros, pasado un plazo relativamente razonable, se convierte en un bloqueo, algo que no nos permite superar la situación, algo que nos estanca.

La emoción nos sorprende, nos coge desprevenidos sin que podamos hacer nada por evitarlo, pues depende de muchos factores y sobre todo de una cierta estructura neuroendocrina configurada a lo largo de toda nuestra vida y a través de nuestras experiencias. Sin embargo, contra la persistencia de la emoción sí podemos actuar. Mas para ello hemos de cambiar el foco o cambiar de perspectiva.

2.- Razones

Y ese cambio de perspectiva consiste, precisamente, en "buscar el lado positivo" de aquello que nos entristece o nos enfurece. Para ello es necesario pararse a analizar la situación, un análisis que requiere de cuantos más elementos o aspectos mejor. Pues a mayor cantidad de aspectos a tratar más relativo se hace el punto de vista que nos bloquea.

Si estamos tristes o enfadados porque un amigo ha discutido con nosotros (y lo ha hecho sin razón aparente) deberemos buscar una posible causa, deberemos mirar qué hemos hecho nosotros para que haya podido pensar mal. Es más, aunque no se nos ocurra tal causa, el mero plantearse esta posibilidad genérica nos cambia el talante para poder entablar una conversación con nuestro amigo en la que se puedan aclarar las cosas. Quizá no sea éste un ejemplo de buscar el lado positivo, pero sí de cambio de perspectivas, es decir, no nos quedamos en la simple discusión, sino que vamos más allá, retrocedemos a sus posibles causas.

Si hemos tenido un accidente y estamos en casa con la pierna escayolada de poco vale lamentarse y deprimirse por el tiempo que vamos a perder de trabajo, de deporte, de actividades, etc. Habrá que buscar lo que podemos hacer para ocupar ese tiempo de un modo lúdico o productivo. Podemos tomárnoslo como un período de descanso, un período de lecturas atrasadas, un período para pensar...

Si nos han despedido tampoco nos sirve de mucho el quedarnos en casa deprimidos pensando en qué va a ser de nosotros y de nuestra familia, de nuestros hijos... Ser despedido hay que verlo como una oportunidad para ocupar el tiempo (el que nos deje la demanda contra la empresa) en un sin fin de actividades, desde la urgente búsqueda "activa" de trabajo a las actividades lúdicas (si nos ha quedado prestación por desempleo o tenemos unos ahorros), las formativas (para encontrar un nuevo empleo) e incluso las empresariales (crear nuestra propia empresa); tiempo para dedicarlo a la familia, etc.

Y si hemos cometido un fallo o hemos tenido un fracaso que no podemos enmendar y que no tiene objetivamente nada de positivo siempre lo podremos considerar desde el aspecto "subjetivo" del conocimiento y la perspectiva del pasado/futuro, es decir: ante este fracaso, qué enseñanzas he obtenido, qué he aprendido que me sirva para no volver a cometer ese error en un futuro.

Se suele decir que una crisis (término tan de moda últimamente) es un tiempo de cambios y de oportunidades. El término crisis procede del griego "kríneín", que significa cribar, separar, analizar. En una crisis económica se criban las empresas y sectores y se quedan sólo las válidas para el siguiente ciclo. En una crisis personal se criban las costumbres de una persona dejando las que sirvan para una nueva fase (o adoptando nuevas); pero esa criba suele ser un producto consciente de análisis sobre la vida de uno mismo.

Resumiendo, se podría decir que debemos analizar las situaciones (en busca de los aspectos positivos) a lo largo de dos ejes cruzados: las relaciones personales, yo-otros, y las relaciones materiales, yo-cosas (entre ellas el dinero, gustos, actividades, trabajo). Y una vez encontrados los aspectos considerarlos desde el punto de vista cognoscitivo (aprendizaje obtenido o por obtener) y temporal (pasado/futuro).

3.- Voluntad

Es este último punto también de vital importancia para salir del estancamiento: las decisiones que adoptemos de cara al futuro. Porque las más de las veces no basta con ver las causas y las soluciones a un problema. Hay que ponerse a solucionarlo: "el movimiento se demuestra andando". Y es que (ya lo hemos dicho en otras pinceladas) las emociones no cesan con el simple cambio de perspectiva, éste es el momento inicial de un movimiento, de un conjunto de (nuevas) actividades en cuya inmersión, poco a poco, irán desapareciendo nuestros anteriores sentimientos negativos, siendo sustituidos por los aspectos positivos y ahora sí efectivos (no simplemente posibles) de nuestra "nueva" vida.

Pero para ello, no nos vamos a engañar, hace falta fuerza de voluntad, voluntad de seguir adelante, voluntad de vivir: "La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre" (Nelson Mandela).

Levantarse siempre, con razones o sin ellas, aunque siempre será más fácil con ellas. Pero es que casi siempre es necesario levantarse para ver con qué se ha tropezado.

Mandela

lunes, 7 de julio de 2014

Caminar

En el curso de mi vida me he encontrado sólo con una o dos personas que comprendiesen el arte de Caminar, esto es, de andar a pie; que tuvieran el don, por expresarlo así, de sauntering [deambular]: término de hermosa etimología, que proviene de “persona ociosa que vagaba en la Edad Media por el campo y pedía limosna so pretexto de encaminarse à la Sainte Terre”, a Tierra Santa; de tanto oírselo, los niños gritaban: “Va a Sainte Terre”: de ahí, saunterer, peregrino. Quienes en su caminar nunca se dirigen a Tierra Santa, como aparentan, serán, en efecto, meros holgazanes, simples vagos; pero los que se encaminan allá son saunterers en el buen sentido del término, el que yo le doy.— Hay, sin embargo, quienes suponen que la palabra procede de sans terre, sin tierra u hogar, lo que, en una interpretación positiva querría decir que no tiene un hogar concreto, pero se siente en casa en todas partes por igual. Porque éste es el secreto de un deambular logrado. Quien nunca se mueve de casa puede ser el mayor de los perezosos; pero el saunterer, en el recto sentido, no lo es más que el río serpenteante que busca con diligencia y sin descanso el camino más directo al mar. Sin embargo, yo prefiero la primera etimología, que en realidad es la más probable. Porque cada caminata es una especie de cruzada, que algún Pedro el Ermitaño predica en nuestro interior para que nos pongamos en marcha y reconquistemos de las manos de los infieles esta Tierra Santa.
Henry David Thoreau, Caminar.

http://www.teosofiaencolombia.com/images/Henry_Thoreau_-_Caminar.pdf


viernes, 30 de mayo de 2014

Más moderación

La templanza -como la prudencia, y quizá como todas las virtudes- pertenece, pues, al arte de gozar: es un trabajo del deseo sobre sí mismo, del ser vivo sobre sí mismo. Su objetivo no es sobrepasar nuestros límites, sino respetarlos [...] depende menos del deber que del sentido común. Es la prudencia aplicada a los placeres: se trata de gozar lo más posible y lo mejor posible, pero por una intensificación de la sensación o de la conciencia que se tiene de ella, y no por la multiplicación indefinida de sus objetos. ¡Pobre Don Juan por necesitar tantas mujeres! ¡Pobre alcohólico por necesitar beber tanto! ¡Pobre glotón por necesitar comer tanto! Epicuro enseñaba a gozar de los placeres tal y como vienen, tan fáciles de satisfacer, cuando son naturales, como calmar el cuerpo. ¿Hay algo más fácil que saciar la sed? ¿Hay algo más fácil de satisfacer que un estómago o un sexo? ¿Hay algo más limitado, más felizmente limitado, que nuestros deseos naturales y necesarios? No es el cuerpo el que es insaciable. La no limitación de los deseos, que nos condena a la carencia, a la insatisfacción o la desgracia, sólo es una enfermedad de la imaginación.
André Comte-Sponville,  
Pequeño tratado de las grandes virtudes
"La templanza", Ed. Espasa, págs. 55-56.

viernes, 23 de mayo de 2014

Templanza (epicureísmo) en Espinoza

[...] servirse de las cosas y deleitarse con ellas cuanto sea posible (no hasta la saciedad, desde luego, pues eso no es deleitarse) es propio de un hombre sabio. Quiero decir que es propio de un hombre sabio reponer fuerzas y recrearse con alimentos y bebidas agradables, tomados con moderación, así como gustar de los perfumes, el encanto de las plantas verdeantes, el ornato, la música, los juegos que sirven como ejercicio físico, el teatro y cosas por el estilo, de que todos pueden servirse sin perjuicio ajeno alguno.

Espinoza, Ética, libro IV, Proposición XLV, Corolario II, Escolio.

Ver también: http://caminanteysusombra.blogspot.com.es/search/label/Epicuro

martes, 6 de mayo de 2014

Más sobre "educación en valores"

Continuando con la cita anterior de Aristóteles, podemos leer ésta de Espinoza:

[...] no es extraño que la tristeza siga, en general, a todos los actos que usualmente se llaman "malos", y la alegría a los que son llamados "buenos". Pues [...] se entiende con facilidad que ello depende más que nada de la educación. Efectivamente, los padres, desaprobando los primeros y reprochándoselos a menudo a sus hijos, y, por contra, alabando los segundos y aconsejándoselos, consiguen que asocien sentimientos de alegría a los unos y de tristeza a los otros. [...] Así pues, según ha sido educado cada cual, se arrepiente o se gloría de una acción.

Espinoza, Ética, libro III, Definición XXVII de los afectos.

Baruch Espinoza (1632-1677), Holanda.

lunes, 28 de abril de 2014

Virtud, placer, dolor

La virtud moral [...] se relaciona con los placeres y dolores, pues hacemos lo malo a causa del placer, y nos apartamos del bien a causa del dolor. Por ello, debemos haber sido educados en cierto modo desde jóvenes, como dice Platón [Leyes II 653a], para podernos alegrar y dolernos como es debido, pues en esto radica la buena educación.
Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1104b10.

Busto de Aristóteles


lunes, 14 de abril de 2014

Más sobre la caridad

[...] san Agustín y santo Tomás, comentando el himno a la caridad [san Pablo, Primera epístola a los corintios, XIII], mostraron perfectamente que, de las tres virtudes teologales [fe, esperanza y caridad], la caridad no sólo era la más importante de las tres, como decía san Pablo, sino la única que tiene sentido en Dios o, como dicen ellos, en el Reino. La fe pasará (¿cómo es posoble creer en Dios cuando se es en Dios? [sólo hay fe cuando no hay conocimiento]), la esperanza pasará (en el Reino ya no habrá nada que esperar [sólo se espera lo que no se tiene o lo que no se puede]), y por eso se ha dicho que la caridad es la única que "no pasará": en el Reino sólo habrá amor, sin esperanza y sin fe. [Pero Dios no existe, ya estamos en el único Reino]. La esperanza y la fe nos han abandonado: sólo existe la carencia, sólo existe la alegría, sólo existe la caridad. Eso no es traicionar forzosamente el espíritu de Cristo, ni renunciar a seguirlo. Cristo, señala santo Tomás, no tenía "ni la fe ni la esperanza" y, sin embargo, tuvo "una caridad perfecta". Es evidente que nosotros nunca podremos alcanzar esta perfección. Pero ¿es una razón suficiente para que renunciemos al poco amor puro, gratuito o desinteresado -al poco de caridad-, por tanto, de la que quizá seamos capaces?
André Comte-Sponville, Pequeño tratado de las grandes virtudes,
"El amor", Ed. Espasa, p. 346.

viernes, 11 de abril de 2014

Caridad

[El amor de Dios, de Jesucristo, de los mártires] explica Simone Weil, es lo contrario de la violencia o, dicho de otra forma, es lo contrario tanto de la fuerza que se ejerce como de la potencia que gobierna. Según Tucidides: "por una necesidad de natura, todo ser ejerce siempre todo el poder de que dispone". Es la ley del conatus, es la ley de la potencia y no sólo en la guerra o la política, es la ley del mundo, es la ley de la vida. "Los niños son como el agua -me decía un amigo-: ocupan siempre todo el espacio disponible". Pero Dios, no; de lo contrario, en Él sólo habría Dios y no habría mundo. Pero los padres, no: a veces [...] estos se retiran, retroceden, no ocupan todo el espacio disponible, no ejercen todo el poder del que disponen. ¿Por qué? Por amor: para dejar más espacio, más poder, más libertad a sus hijos, y más cuanto más débiles, más desprovistos y más frágiles sean los hijos, para no impedirles existir, para no abrumarlos con su presencia, con su poder, con su amor... Pero esto no es aplicable sólo a los padres. ¿Quién no tiene cuidado con un recién nacido? ¿Quién no limita ante él su propia fuerza? ¿Quién no se prohibe la violencia? ¿Quién no limita su poder? La debilidad manda y esto es lo que significa la caridad. [...] La benevolencia está presente, la alegría está presente -pero en vacío-, pero atestiguadas sobre todo por esta fuerza que no se ejerce, por esta retirada, por esta dulzura, por esta delicadeza, por esta potencia que parece vaciarse de sí misma, limitarse a sí misma, que prefiere negarse antes que afirmarse, retirarse antes que extenderse, dar antes que poseer. Se podría decir lo contrario del agua, lo contrario de los hijos, lo contrario del conatus, lo contrario de la vida que devora o se afirma: lo contrario de la gravedad [y la fuerza]. Es lo que Simone Weil llama la gracia [...] y el amor.

André Comte-Sponville, Pequeño tratado de las grandes virtudes,
"El amor", Ed. Espasa, pp. 329 s.

lunes, 31 de marzo de 2014

Justicia y compasión

[...] prestar ayuda a cada indigente es algo que supera con mucho las posibilidades y el interés de un particular. Pues las riquezas de un particular quedan muy por debajo de lo que sería una ayuda suficiente. Por otra parte, un solo hombre no tiene bastante capacidad para hacerse amigo de todos; por ello el cuidado de los pobres compete a la sociedad entera y atañe sólo al interés común.
Espinoza, Ética, libro IV, Apéndice, capítulo XVII.

Sin embargo, esto no nos dispensa de tener con respecto a los pobres o marginados una actitud de proximidad fraternal, de respeto, de disponibilidad caritativa, de simpatía, en resumen, de compasión, que por otra parte puede manifestarse también, puesto que la política no es suficiente para todo, en una acción concreta de benevolencia [...] Cada uno hace aquí lo que puede, o más bien lo que quiere en función de sus medios y de la poca generosidad de que sea capaz. El ego manda y decide. Pero no completamente solo, y eso es lo que significa compasión.
André Comte-Sponville, Pequeño tratado de las grandes virtudes,
"La compasión", Ed. Espasa, pp. 143 s.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Generosidad

¿Qué porcentaje de nuestros ingresos familiares dedicamos a los gastos, llamémosles de generosidad, en otras palabras, a otra felicidad que no sea la nuestra o la de nuestros íntimos? Que cada uno responda en lo que a él respecta. Creo que ninguno llegamos al 10 por 100 y muchas veces  ni siquiera al 1 por 100... Ya sé que el dinero no lo es todo. ¿Pero por qué milagro íbamos a ser más generosos en los campos no financieros o no cuantificables? ¿Por qué íbamos a tener más abiertos el corazón que el monedero? Lo contrario es mucho más verosímil. ¿Cómo podemos saber si lo poco que damos es realmente generosidad o es el precio que pagamos por nuestro bienestar moral, el poco precio que pagamos por tener la conciencia limpia? En pocas palabras, si la generosidad es una virtud tan grande, tan alabada, es porque es muy endeble dentro de todos nosotros, porque el egoísmo siempre es más fuerte, porque la generosidad brilla por su ausencia la mayoría de las veces... "Porque el corazón del hombre está hueco y lleno de basura", decía Pascal. Porque sólo está lleno, casi siempre, de sí mismo.

André Comte-Sponville, "La generosidad", en Pequeño tratado de las grandes virtudes, Ed. Espasa Calpe, 1998, pág. 112.

lunes, 3 de marzo de 2014

Amor y fidelidad

La pareja, en el sentido en que tomo la palabra, supone amor y duración. Supone por lo tanto fidelidad, puesto que el amor sólo dura a condición de prolongar la pasión (demasiado breve para hacer una pareja, suficiente para deshacerla) con la memoria y la voluntad. [... Por otro lado] Ninguna pareja, con mayor motivo, podría durar sin [...] fidelidad, por ambas partes, a su historia común, sin esa mezcla de confianza y gratitud, por la que las parejas felices, existen algunas, resultan tan emocionantes al envejecer. [...] No tiene sentido quejarse de que el amor [la pasión] se calme o decline, que por otra parte casi siempre ocurre. [...] La fidelidad es amor mantenido de lo que ha tenido lugar, amor al amor, en este caso, amor presente (y voluntario, y voluntariamente mantenido) del amor pasado. Fidelidad es amor fiel, fiel sobre todo al amor.

André Comte-Sponville, "La fidelidad", en Pequeño tratado de las grandes virtudes, Ed. Espasa Calpe, 1998, pág. 41.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Contra fanáticos y nihilistas

El oscurantismo, el fanatismo y la superstición me producen horror. Tampoco me gustan el nihilismo y la indolencia. La espiritualidad es demasiado importante como para dejarla en manos de los fundamentalismos. La tolerancia, un bien demasiado precioso para que la confundamos con la indiferencia o la molicie. Nada sería más nefasto que dejarnos arrinconar en un enfrentamiento mortífero entre el fanatismo de unos (sea cual sea la religión de la que se reclamen) y el nihilismo de otros. Es preferible combatirlos a todos sin confundirlos y sin caer en sus defectos.

André Comte-Sponville, El alma del ateísmo, Ed. Paidós, pág. 16.


lunes, 24 de febrero de 2014

El dominio de uno mismo

Ante cada acontecimiento pregúntate qué habilidades tienes para dominarlo. Si ves a una mujer atractiva, hallarás que el autodominio es la habilidad que tienes para dominar el deseo. Si sientes dolor, hallarás que dispones de la fortaleza. Si te injurian, encontrarás paciencia. Acostumbrándote a actuar de esta manera no serás arrastrado por la apariencia de las cosas.

Epicteto, Enquiridion, #10.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Para ateos y creyentes

"La existencia de Dios es una posibilidad que no puede excluirse racionalmente. Esto es lo que hace del ateísmo lo que es: no un saber, sino una creencia, repitámoslo, no una certeza, sino una apuesta.

Es, además, lo que debe conducirnos a todos a la tolerancia. Lo único que separa a los ateos y a los creyentes es aquello que ignoran. ¿Cómo podría contar esto más que aquello que conocen: cierta experiencia de la vida, del amor, de la humanidad sufriente y digna, pese a su miseria, de la humanidad sufriente y valerosa? Es lo que yo denomino fidelidad, que debe unir a aquellos a los que, de otro modo, su fe o su falta de fe podría enfrentar. Sería una locura matarnos los unos a los otros por aquello que ignoramos. Más vale que luchemos juntos por lo que conocemos o reconocemos: cierta idea del hombre y de la civilización, cierta forma de habitar el mundo y el misterio [...], cierta experiencia del amor y de la compasión, cierta exigencia del espíritu... Es lo que podemos denominar humanismo, que no es una religión, sino una moral. Fidelidad al hombre, y a la humanidad del hombre.

Eso no sustituye a ningún Dios. No suprime a ningún Dios. Pero sin esa fidelidad, ninguna religión ni ningún ateísmo pueden ser humanamente aceptables".

André Comte-Sponville, Invitación a la filosofía, Paidós, pp. 112 s.

lunes, 10 de febrero de 2014

Salid al campo

Edward Paul Abbey
Un párrafo final de aviso: no os queméis a vosotros mismos. Sed como yo soy, un entusiasta reacio, un cruzado a tiempo parcial, un fanático a medias. Guardad la otra mitad de vosotros mismos y a vuestras vidas para el placer y la aventura. No es suficiente luchar por la Tierra, es más importante disfrutar de ella. Mientras podáis. Mientras estéis todavía aquí. Así que salid y pescad, y cazad y perded el tiempo con los amigos, pasead de aquí para allí, explorad los bosques, escalad montañas, acumulad cumbres, recorred los ríos, respirad profundamente el dulce aire, sentaos y contemplad la belleza del silencio, el hermoso, maravilloso y misterioso espacio. Disfrutad de vosotros mismos, mantened la cabeza firmemente unida al cuerpo, el cuerpo activo y vivo. Y yo te prometo mucho más. Yo te prometo una dulce victoria sobre nuestros enemigos, sobre los hombres atados a un escritorio, sobre las mujeres con el corazón en una caja de seguridad y los ojos hipnotizados por los número de una calculadora.

(Edward Paul Abbey).

viernes, 24 de enero de 2014

jueves, 16 de enero de 2014

Amor de madre

Pensad en el niño que toma el pecho. Y en la madre que se lo da. También ella ha sido un bebé: todos comenzamos tomando, y esto es ya una forma de amar. Después aprendemos a dar, al menos un poco, al menos algunas veces, y esta es la única forma de ser fieles hasta el final al amor recibido; al amor humano, nunca demasiado humano; al amor tan frágil, tan inquieto, tan limitado y que, sin embargo, es como una imagen del infinito; al amor del que hemos sido objeto, y que ha hecho de nosotros sujetos; al amor inmerecido que, como una gracia, nos precede, que nos ha engendrado, y no creado; al amor que nos ha mecido, lavado, alimentado, protegido, consolado; al amor que nos acompaña, definitivamente, y que nos falta, y que nos da alegría, y que nos transforma, y que nos ilumina... Si no hubiera madres, ¿qué sabríamos del amor? Si no hubiera amor, ¿qué sabríamos de Dios?

André Comte-Sponville, Invitación a la filosofía, Ed. Paidós, 2002, pág. 51.


miércoles, 15 de enero de 2014

Justicia y beneficio

Confucio
4.10.- En los asuntos del mundo, un caballero no tiene una posición predeterminada: adopta la posición que es justa.

4.11.- El caballero busca la virtud, el hombre común se apega a su tierra natal. El caballero busca la justicia, el hombre común busca favores.

4.16.- El caballero aprecia la justicia; el hombre común aprecia lo que le beneficia.

(Confucio, Analectas)

Definitivamente hay pocos caballeros en la actualidad, aunque claro, por eso Confucio lo opone al hombre común.

lunes, 13 de enero de 2014

No hay que aparentar

¿Por qué no buscar más bien algo bueno realmente para sentirlo, no para mostrarlo? Esas cosas que se contemplan, ante las que se detienen las gentes, que uno señala a otro con asombro, por fuera brillan, por dentro son deplorables.

(Séneca, Sobre la felicidad).

Séneca

miércoles, 8 de enero de 2014

Las caídas

"Lo que no nos mata nos hace más fuertes", decía Nietzsche de una manera un tanto bruta. Sin embargo habría que apostillar algo a su sentencia: "siempre que no abandones", "siempre que tengas a alguien a tu lado que te ayude a levantarte"... El martillazo de Nietzsche suavizado y matizado por la publicidad de P&G:




Y como dijo el difunto Mandela:
"La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre"

Mandela