martes, 26 de marzo de 2013

El cambio y lo efímero, II

Considera con frecuencia la rapidez con la que seres y acontecimientos pasan y desaparecen. Como un río, la sustancia fluye eternamente, las fuerzas cambian perpetuamente, las causas se modifican de mil maneras. Casi nada es estable, y los abismos del pasado y del futuro en los que todo se desvanece están muy próximos, ¡Qué loco el hombre que en semejante contexto se envanece o se desespera o se apesadumbra, como si algo le hubiera causado una perturbación durante un tiempo considerable!

(Marco Aurelio, Meditaciones, V-23)

Marco Aurelio (Wikipedia)

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